La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una de las tecnologías más disruptivas de la última década. Desde la automatización de tareas rutinarias hasta la creación de soluciones personalizadas y la mejora de la toma de decisiones empresariales, la IA tiene un enorme potencial para mejorar la rentabilidad y la seguridad de las empresas.
Una de las formas más obvias en que la IA puede ayudar a las empresas a aumentar sus ganancias es a través de la automatización de tareas repetitivas y procesos empresariales.
La IA puede analizar grandes cantidades de datos, lo que puede ser especialmente útil para el análisis de datos financieros y ventas (entre otros) lo que permite a los responsables, tomar decisiones más informadas, precisas y menor tiempo. Esto no solo reduce los errores humanos sino que también permite que los empleados dediquen más tiempo a tareas de mayor valor.